Yo soy Kiupa, testigo de la libertad
Han transcurrido 25 años desde aquella noche de luna llena cuando el Abuelo le cuenta por primera vez a Sabik la historia del mítico encuentro de Chía y Zuhé, de la luna y el sol, y le habla a esta niña de las creencias ancestrales de su pueblo originario, lecuenta la contradicción y la compatibilidad que hay en estas fuerzas universales; tal y como se narra en Characot Apirá Entre Dos Luces (2014).
Ahora la Doctora Sabik Alarcón regresa a su país después de años de ausencia. Ella es una antropóloga que comienza a destacar en su trabajo en el Museo Arqueológico de México. Creía que al regresar a Venezuela se iba a enfrentar con el pasado. Pero fue algo más que eso; después de todo Sabik provenía de una larga estirpe de mujeres y hombres de conocimiento quienes poblaron las montañas merideñas desde tiempos inmemoriales. Su querido Abuelo agonizaba y le había llamado una semana atrás diciéndole que quería verla y despedirse de ella. Los recuerdos se removieron en el fondo de su corazón al escuchar por teléfono su entrañable voz, tan recia y tan dulce a la vez pidiendo verla por última vez. Se preparó lo mejor que pudo y llena de temores llegó a la finca familiar. De la mano del Abuelo había conocido esos caminos que se movían ahora raudos frente a ella en la ventanilla del vehículo. Él la llevó por los senderos del alto páramo, por los bosques nublados y los ríos escondidos en los pliegues de montes escarpados. Y fueron sus largos relatos, contados a la luz de la luna, los que encendieron en ella su pasión por la antropología y por la historia de los pueblos indígenas americanos. Esta vuelta al hogar de los Andes fue algo más, significaría un recorrido por el pasado de su familia conociendo las andanzas de la anciana Michai y de su nieto Kiupa, a quienes el destino ubicó muy cerca de los acontecimientos que se precipitaron a raíz del deseo de emancipación que crecía como un incendio voraz en toda América a comienzos del siglo XIX. El Abuelo le pide a Sabik que indague a fondo sobre la participación de Kiupa en la Campaña Admirable de Bolívar y en otros eventos históricos. La nieta lo hizo y este viaje representaría para Sabik, ante todo, el descubrimiento de ella misma a través de unos documentos muy antiguos, al avizorar la esencia de su gente cuando los Señores de la Montaña se lo insinuaron en el firmamento a la tenue luz de una estrella.