Tecnología de Materiales
Los metales ferrosos se definen como aquellos metales que contiene hierro. Los metales no ferrosos no lo tienen. El atributo distintivo del hierro es que es denso, fuerte cuando se mezcla con carbono, abundante y fácil de refinar, altamente susceptible a la corrosión y magnético. En el mismo contexto, las aleaciones ferrosas, basadas en aleaciones hierro-carbono, incluyen los aceros al bajo carbono, los aceros aleados y para herramientas, los aceros inoxidables y los hierros fundidos, estos son los materiales más ampliamente utilizados en el mundo.
Por otro lado, los metales no ferrosos y sus aleaciones se utilizan debido a sus propiedades en ingeniería mecánica, construcción de vehículos y aeronaves, la industria de la construcción e ingeniería electrónica y eléctrica. Por otra parte, los metales no ferrosos se utilizan en diversas aplicaciones, generalmente en entornos industriales. Ya que tienen un peso más ligero, son beneficiosos, por ejemplo, para construir máquinas donde sea importante la ligereza. También, se puede encontrar en los fuselajes de aviones, motores de automóviles, sujetadores, kits de cableado, techos de edificios, tuberías y cuando la atracción magnética del hierro puede ser una desventaja.
Las aleaciones de productos no ferrosos tienen gran cantidad de aplicaciones: monedas (fabricadas con aleaciones de cobre, níquel y aluminio), filamentos de bombillas (de wolframio), material de soldadura de componentes electrónicos (estaño-plomo), recubrimientos (cromo, níquel, cinc), entre otros. Los metales no ferrosos más importantes son 7: cobre, zinc, plomo, estaño, aluminio, níquel y manganeso. Normalmente, los metales no ferrosos son blandos y tienen poca resistencia mecánica; para mejorar sus propiedades se alean con otros metales.
Los nuevos materiales requieren de un alto grado de flexibilidad y adaptación al cuerpo humano, aplicaciones como pantallas de televisión, computadoras flexibles, celdas solares, piel artificial, implantes quirúrgicos, así como diseños aerodinámicos destinados a estructuras existentes en edificios, aeronaves, trenes, automóviles, entre otros, son temas de la actualidad. Del mismo modo, el límite impuesto por la nanotecnología y las telecomunicaciones, ha impulsado a los investigadores hacia el desarrollo de sistemas cuánticos donde la información es transportada por fotones de luz en vez de electrones.
Finalmente, el libro está estructurado en 4 unidades: la unidad I, hace referencia a los materiales, la unidad II, lleva por nombre la estructura atómica, la unidad III, está relacionada con los tratamientos térmicos y por último, la unidad IV se llama los materiales no ferrosos.