Racionalidad transcompleja y acción colectiva
Desde la antigüedad, la racionalidad ha sido un distintivo central de la cultura humana, como lo afirmó Aristóteles (1998) al proclamar al hombre como un “animal racional”. Este concepto de racionalidad, expresado a través del logos, abarca diversos aspectos del discurso humano, desde la palabra y la lógica. En la actualidad, la racionalidad se enfrenta a diversos desafíos que plantean cuestionamientos profundos sobre su aplicación y efectividad. La polarización de las opiniones, eclipsada por sesgos cognitivos y emocionales, la sobreabundancia de información en la era digital, la creciente complejidad de los problemas contemporáneos requiere un nivel más sofisticado de pensamiento crítico y análisis, lo que pone a prueba la capacidad de la racionalidad para abordar asuntos multidimensionales. La reflexión acerca de la racionalidad se enfoca no en un enfrentamiento con la razón en sí, sino en los objetivos que los seres humanos persiguen al razonar. Esta perspectiva plantea la pregunta: ¿En qué medida somos los humanos seres racionales? La razón, la lógica como ciencia del razonamiento y el logos como argumentación por medio de la palabra, se entrelazan en la expresión de la experiencia humana, revelando la complejidad de la relación entre lo irracional y lo racional, aparentemente opuestas pero simultáneas en el tiempo humano.