Así habló Xiao
Xiao es un señor que va todos los días a la plaza de la ciudad y se sienta, aparentemente, solo a conversar consigo mismo, y habla sobre temas bíblicos, especialmente, de los Evangelios. Y, por su manera de hablar parecía loco; pero, era solo escucharlo y se descubría que era un hombre muy cuerdo, y un hombre de una cultura muy vasta y general. Esas conversaciones las escuchaba un joven, de nombre Oyente. Y era Oyente quien escuchaba todas esas elucubraciones intelectuales de Xiao, en la plaza de la ciudad, todos los días, en las mañanas.