La República de las Letras
El mal es no escribir. Rendido a los demonios o a los dioses del mal, escribía a veces con odio, a veces con el tedio de los perros en el paraíso. Muchos han vivido y muerto sin escribir. Él, para su gloria o deshonra, decidió hacerlo con la memoria de los otros. Los que lean esta República de las Letras asistirán al espectáculo de la literatura engendrándose a sí misma. La autoría del libro será de todos o de ninguno.
Por lo pronto alguien, no importa quién, firmará al pie de sus páginas, asumiendo todas las responsabilidades. Con audacia asombrada ofrecemos al público lo que tal vez pudiera considerarse la primera novela pastiche de la historia de la literatura