Reseña

La restauración ecológica que se aspira para el siglo XXI atraviesa tres
dimensiones muy complejas, que están determinadas por cambiantes
e impredecibles condiciones ambientales globales, producto de un
modelo de sociedad que atenta contra la vida; la multiplicidad de agentes
estresores locales sobre los ecosistemas que, además, están modulados
por los fenómenos globales ya mencionados; y las inesperadas dinámicas
socioeconómicas que incluyen conflictos, migraciones, expansión de las
fronteras productivas.
Frente a estas circunstancias, la recuperación de ecosistemas alterados es una
responsabilidad, de importancia significativa, que debe ser asumida desde un
abordaje comunitario y cultural, en el entendido de que la Pachamama no es
solo paisaje: es memoria, territorio, ancestro, espíritu. Cuidar a la madre tierra
también es escuchar los saberes de quienes la han habitado por siglos y son
los guardianes históricos de la biodiversidad.
En esta dimensión ético-política, se inscribe y adquiere todo su interés la
experiencia de investigación que se presenta en este libro. Se trata de un estudio
científico, realizado entre numerosas comunidades rurales y un grupo de
investigadoras e investigadores académicos, cuyos resultados proporcionan un
rizoma de claves para la recuperación de bosques, suelos y fuentes de agua en
escenarios de crisis ambiental global.
Como resultado de este esfuerzo, se comparte información técnica en torno
a un conjunto de arbustos y árboles que, por diversas características y
atributos, han sido considerados promisorios para la restauración ecológica de
numerosos ecosistemas de la cuenca del mar Caribe, sin perder de vista que
la selección de las especies más idóneas para un programa de recuperación
de ecosistemas boscosos es una tarea tan delicada como fundamental, que no
tiene recetas.