Reseña

La Asociación de Comerciantes e Industriales de Lagunillas, muchas veces nombrada ACIL por sus iniciales, es una institución fundada hace cuarenta años en fecha cuatro de octubre de mil novecientos sesenta y cinco. Desde el mismo momento de su fundación se consubstanció con la comunidad en la cual nació, siendo prácticamente imposible pensar en el Municipio Lagunillas sin pensar igualmente en ACIL, o la ACIL, como cariñosamente muchos la llaman, participando como protagonista en todas las grandes obras que han beneficiado y hecho crecer al municipio.
Esta institución, a diferencia de muchas otras de similar naturaleza, ha transcendido las fronteras de lo meramente gremial y empresarial. Y es que desde el mismo momento de su concepción entendió que si bien era muy importante preocuparse por los problemas particulares del gremio empresarial, de igual modo era menester preocuparse por los problemas que aquejaban a la comunidad en que se desenvolvían sus actividades.
Es por ello que asumió roles protagónicos participando en toda actividad que significara desarrollo y bienestar para la comunidad del municipio. Los treinta y seis miembros fundadores que dieron vida y forma a esta institución en sus inicios, merecen todo nuestro respeto y admiración por la visión que tuvieron y lo acertado que estaban al adquirir ese compromiso.
Cuarenta años se dicen muy rápido. Pero esos cuarenta años son la suma de una gran cantidad de horas, días y semanas durante las cuales un gran número de empresarios han efectuado una labor constante y sostenida que se traduce en todas las acciones positivas que ACIL se acredita en la columna de logros Y, que, con todo orgullo, podemos exhibir ante la comunidad y la patria.
Las sucesivas directivas con sus presidentes a la cabeza, las empresas que conforman esta organización, los empleados que la atienden todos los días, son los actores que han conseguido con su esfuerzo y sacrificio los resultados que nos enorgullecen cuando los mencionamos. Y, en honor a ellos y a la comunidad de Lagunillas y la Costa Oriental del Lago, es que hemos decidimos registrar por escrito, y en un libro, estos hechos de los que somos herederos y estamos tan orgullosos
Hemos tenido la preocupación de registrar la gran mayoría de estas actividades en este libro, muy bien escrito, salido de la mano y talento de Vinicio Díaz, a quien aprovechamos la ocasión para reconocerle su esfuerzo y paciencia, ya que en las primeras reuniones que sostuvimos con estos fines, le expresábamos la convicción de que para poder escribir un libro sobre una institución como ACIL había que sentirla con toda su fuerza espiritual, y no solamente con la habilidad mecánica de transcribir una relación de hechos, por lo tanto su primera tarea fue esa precisamente: imbuirse de esa cuestión etérea que le permite, en su escritura, interpretar el sentir de una institución como ACIL.
Me ha tocado el honor de presidir ACIL en este aniversario, responsabilidad muy grande que se aligera en cierta forma con la ayuda de la Junta Directiva que me acompaña en este período.
Esperamos estar a la altura de todos los que nos precedieron. El tiempo juzgará nuestra labor. Pero lo que sí puedo decir con fuerza es que he puesto lo mejor de mi esfuerzo para difundir de manera escrita y gráfica esa historia que no debe olvidarse, y a esos hombres y mujeres que la escribieron con su trabajo y sacrificio. A todos ellos le dedicamos este libro como homenaje y expresión de que lo que ellos y ellas hicieron no ha sido, ni será olvidado.