Anacrónicos
Anacrónicos es un encuentro con el tiempo… No el tiempo de los relojes, sino el de la memoria, la añoranza, las palabras que no se fueron del todo. Este libro no narra una historia lineal: lo que hace es susurrar desde los intersticios de la experiencia —desde esas grietas donde los sentimientos no caducan, las ausencias siguen nombrándose, y el alma aún se pregunta si amó lo suficiente, si esperó lo justo, si perdonó a tiempo.
Cada poema aquí es un fragmento suspendido, una constelación de versos que no encajan en ninguna cronología, porque su lugar no es un calendario, sino un corazón que late a contratiempo. El anacronismo no es error: es un gesto poético, una resistencia contra el olvido, una forma de decir “esto aún vive en mí”.
He querido escribir para el que ama y no es correspondido, para quien recuerda con ternura y con luto, para quien conversa con la infancia, con el padre ido, con la mujer imaginada o perdida, y con ese viejo futuro que a veces nos observa desde un rincón.
Anacrónicos es, en el fondo, una bitácora escrita en la bruma —una manera de fijar el alma en el papel antes de que el tiempo la diluya.
Bienvenidos. O mejor dicho: bienvenidos de vuelta. Al lugar donde el tiempo se quiebra… y la poesía comienza