Cantata profana
Para este poeta que hoy nos entrega un libro más, Cantata Profana, lo real y veraz de los objetos, de las cosas, del espacio, y de lo que fue y ya no es más, no es igual a lo que muestran a diario en su devenir continuo, es decir, lo que a cada momento le contemplamos en su exterioridad inmediata. Leyendo con atención sus poemas, encontramos en la expresión poética un “sin” repetitivo, casi obsesivo, cuya insistencia luego se nos precisa al reconocer en él una forma creadora suya, muy propia, de origen sensiblemente perceptivo, al hacernos comprender que tanto lo real-entitativo como lo que acontece dentro del poeta mediante la presencia del tiempo, de la noche, la lluvia, la muerte y muchos otros elementos, carecen de cuanto contienen en sus apariencias, quedándose el autor con un algo comparable a esa nada que al rodearlo y abarcarlo, pareciera impulsarlo a proseguir mas allá de ella misma.