Reseña

Un narrador lúcido y feroz disecciona la vida urbana: reuniones de antiguos compañeros, amores a deshora, trabajos que asfixian, bibliotecas cerradas y el sueño de largarse. Con humor ácido y una precisión quirúrgica, estos relatos exploran cómo operan el deseo, la masculinidad y los pequeños centros de poder que ordenan lo cotidiano. La ciudad es Cuba hecha diálogo: guaguas y playas, apartamentos mínimos y fiestas de verano donde la luna parece un círculo de cal.
El libro ofrece una prosa directa, íntima y a ratos desopilante, que convierte anécdotas en radiografías morales: el peso de las expectativas, la burocracia, la tentación del viaje, la nostalgia y la rebeldía a fuego lento. Para lectores de narrativa breve que buscan historias con filo literario y resonancias sociales, Círculos de cal es una invitación a mirarnos sin concesiones y a reconocer, en cada escena, la intensidad de lo real.