Reseña

ES POSIBLE QUE todo provenga de un signo. Lo ineludible se erige en la palabra con el universo polisémico que se encuentra en la estructura semántica del poema. Habrá una extensión en la relación de un sistema, allí deriva el poema. En Donde el dolor es olvido de Juan Martins da en un contexto de significantes: El agua es una explicación de su muerte / al llorar de fuera por dentro, / sin que nadie te acuse por tu idioma […] / y marcado por la palma de los ojos. Después del signo, símbolo, pero no ajeno de la vida a partir de su sonoridad en el poema. El giro de ese ritmo poético nos atrae hacia el ascenso de la emoción. Siempre que nos retengamos en el vacío de su voz.

Cada poema es el regocijo en ese ascenso para fluir en el deseo como piel y noche en mi rostro. La unidad del poemario se ajusta al sentido hereditario de la vida. La voz poética en Donde el… nos entrega la sutileza de un verbo que; en cada lectura, se mueve en y con la tierra, los árboles y el desnudo, todos al unísono comulgan con la imagen sugerente, aquella que canta acoplada a una reflexión por lo intangible. La sustancia del vocablo sin límites está en el recuerdo que es memoria y pensamiento a su vez. Ternura y respiración es el idioma del dolor. La cadencia: Sobre el destierro de los días.