Antihaikus / Río revuelto
El régimen del haiku se caracteriza por ceñirse a unas normas rígidas según las cuales el molde estrófico que lo alberga debe constar irrestrictamente de tres versos y de seis a diez sílabas métricas. Lejos de toda imposición, en este molde rígido sólo cabe plasmar una imagen súbita de la naturaleza o la realidad más próxima, repentinamente captada, bien porque se la busque o porque se la encuentre en la cotidianidad, con exclusión de todo razonamiento o contexto
extraño. Según tales instrucciones, los textos de este manuscrito no encajan en las formas propias del haiku en la tradición, hoy tan expandida, del antiguo metro japonés. En base a esto, por
encontrarlos semánticamente en un polo opuesto, el autor prefiere presentarlos como anti-haikus, en la seguridad de que con esto no comete infracción lingüistica alguna si sólo se propuso con ellos divertirse escribiéndolos.